Chric

Imágenes, textos. Cierro los ojos y todo es posible. Pero mejor abiertos, con ellos apreciando la realidad no te pueden confundir, y eso es lo que necesito. Todos miramos, observamos y vemos; y aquí nace la diferencia, ya que cada uno ve su propia imagen, aunque no todos la valoran. Quizás el cielo sea mañana ó el hoy que fue ayer. Una mujer puede ser un estético conjunto de suaves y bellas curvas ó pueden ser miles de historias. Estas son mis fotos, mis palabras... La realidad es como soy.

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Nombre: Chric
Ubicación: Buenos Aires, Buenos Aires, Argentina

viernes, enero 20, 2006

Siempre hacia vos


Sonrío y sigo. Analizo y entonces estudio, rindo el examen y entiendo que sé menos.
Pero irremediablemente todos los conocimientos me llevan a vos.
Puedo morir en el intento, pero siempre vuelvo a vos.
Estás. Sólo estás. Sos un libro enorme, y tus páginas en blanco me enseñan.
Pero siempre juzgo que falta más y cuestionó el método.
Me levantó un poco más y voy en busca de la comprensión.

La seguridad se potencia y puedo volar lejos. La altura se magnifica y entonces el vértigo aparece. El vuelo se hace silencioso, cayo. Analizo una vez más y vuelvo a comprender que veo más profundo con la pureza del blanco.
Romeo está sangrando una vez más, su eternidad no avanza, no acaba y no deja de ser.
Julieta lo espera sin saber que toda la pureza es suya. Pretende ser negra, pero no lo es ni lo será. Se resiste al blanco por temor... quizás esa sea la única forma de mantenerlo puro.
Yo sueño encandilarme con ese blanco, pero preferís darme la graduación apenas inferior a la que necesito. El blanco debería tenerlo todo, pero no es así. Romeo no puede dejar de sentir que intentas cerrar los ojos del alma, esos que permiten dejar ardiendo la piel con sólo un roce; querés mantener cerrados los canales el mayor tiempo posible. ¿Será así como siempre te mantenes blanca aunque no lo quieras?

Pienso si el ardor de la piel es un regalo o una agresión y no encuentro la respuesta. Necesito salir a buscarla. Sé que no dejaré de hacerlo, y afortunadamente cada nueva lección me asegura que nada es más puro que el blanco. Tu blanco.
Ya me cansé de vivir en guerra contra el mundo, y por ello la preocupación es sólo un rasgo pasajero y salvable siempre. Pisar las flores de la mentira es una lección ya aprendida, no pretendo más que aplicarla.